El aumento de las expectativas de vida hace que tengamos que mejorar nuestro estilo de vida. Se estima que el número de personas mayores de 60 años en el año 2025 sea de 1.200 millones de ancianos. Por lo que la importancia de la práctica permanente de ejercicio físico se instaura como una prioridad de fomento en salud pública con el fin de prevenir las manifestaciones de enfermedades crónicas degenerativas, como la artrosis, fatiga (por inactividad física), debilidad, alteraciones músculo esqueléticas y cardiovasculares, que aumentan el riesgo de caídas. Hoy nos centraremos en hablar de la relación entre la artrosis y el ejercicio físico.
La artrosis es una enfermedad que lesiona el cartílago articular, lo que produce dolor, rigidez e incapacidad funcional, pudiendo afectar a cualquier articulación con movimiento. A nivel mundial, la artrosis de rodilla y cadera son una de las causas más importantes de dolor e invalidez, especialmente en el adulto mayor. Asociándose el inicio, progreso y gravedad de la artrosis de rodilla con atrofia muscular y alteraciones de la biomecánica de las articulaciones. Para que tengamos una cifra de referencia, en España afecta alrededor del 50% de la población mayor de 50 años
Pero afortunadamente con el ejercicio, se potencia la capacidad muscular, y unos músculos bien acondicionados protegen la articulación a través de la disminución de cargas y así, las articulaciones sufrirán menos. Además, mejora la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación, todo eso hace que el cartílago articular, que es el que sufre en la artrosis, padezca menos. Pero además una adecuada biomecánica, tanto en el deporte como en la vida diaria, va a dar mucha salud a nuestras articulaciones. Por lo que la eficacia del ejercicio en reducir el dolor, mejorar la capacidad funcional y la calidad de vida en pacientes con artrosis está más que comprobada.
Se han demostrado que son muchas las posibilidades de ejercicio físico disponible para producir cambios en los síntomas de la artrosis. Los más probados son:
- Condicionamiento aeróbico
- Ejercicios de resistencia y fuerza muscular
- Terapias acuáticas
- Ejercicios propioceptivos
- Tai-Chi
- Ciclismo
Todos estos, han demostrado efectos positivos en disminuir el dolor y aumentar la capacidad funcional en casos de artrosis, sobretodo en rodilla. Pero hasta ahora la literatura no permite indicar con precisión qué programa de ejercicios es “el mejor”, por lo que se recomienda considerar las preferencias de los pacientes, los costos involucrados y la disponibilidad de acceso.
Tanto los ejercicios en casa, como los realizados en el gimnasio son efectivos, eso sí, siempre será necesaria una valoración previa y un informe médico para poder valorar qué tipo será el más adecuado para cada caso y poder individualizar al máximo el programa de entrenamiento. Además será fundamental aconsejarte y ayudarte de un buen profesional para que te guie y ayude en todo el proceso y maximizar así los beneficios. Por lo que siempre consulta y asesórate de un profesional antes de comenzar con el ejercicio físico, pero anímate y no te quedes sentado, dale movimiento y gana salud.